lunes, 20 de septiembre de 2010

"Reprocho a los hombres de esta época haberme hecho nacer por medio de las más innobles maniobras mágicas en un mundo que yo no quería, y haberme impedido, por medio de maniobras mágicas similares, hacer en ese mundo un agujero para abandonarlo. Para vivir, necesito poesía, y quiero que la poesía me circunde" Manifestó Artaud manifestando si última intención: anular la distancia que la sociedad establece entre la escritura y la vida. Y en efecto, la vida y la muerte de Artaud son inseparables de su obra, convertida ya en una suerte de Verbo encarnado, de cuerpo verbal cuya lectura produce el efecto de un golpe físico, no estético, y que entre destellos obscenos, imprecatorios y blasfemos, hace retroceder a la razón con su lirismo arrebatado.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

No estoy adentro de nada
ni revolviendo nada,
ni viendo a las mañanas,
ni virando, ni vigilando.
No estoy paciente conmigo.
Soy un tiburón,
y no me importan los peces,
los pequeños peces.
Los paso por encima,
me los como a todos.

Ahora, así, fría,
te cuento esto,
vomitando ausencias
en las caras ciegas.

Soy debilidad,
pero mastico al sol,
me ingiero todo tu esplendor
porque te ignoro,
te manifiesto de oro,
y me consumo,
me trago,
me esfumo
engendrándome más
a tus poros de pez.