lunes, 20 de septiembre de 2010

"Reprocho a los hombres de esta época haberme hecho nacer por medio de las más innobles maniobras mágicas en un mundo que yo no quería, y haberme impedido, por medio de maniobras mágicas similares, hacer en ese mundo un agujero para abandonarlo. Para vivir, necesito poesía, y quiero que la poesía me circunde" Manifestó Artaud manifestando si última intención: anular la distancia que la sociedad establece entre la escritura y la vida. Y en efecto, la vida y la muerte de Artaud son inseparables de su obra, convertida ya en una suerte de Verbo encarnado, de cuerpo verbal cuya lectura produce el efecto de un golpe físico, no estético, y que entre destellos obscenos, imprecatorios y blasfemos, hace retroceder a la razón con su lirismo arrebatado.

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